Moderación

 

 

Si la austeridad la receta un partido que presume de moderado, las políticas neoliberales suenan aún más razonables. Pero si cala la idea de que a las clases medias se les fue la chola y gastaron sin moderación, la derecha financiera abona su latifundio. La moderación tiene el tacto del terciopelo, y es por tanto un estupendo eufemismo económico en defensa de un sistema que se anuncia globalizado y que ética y políticamente tiene mucho de radical. Convengamos que algo hay de extremista en un modelo que genera una desigualdad brutal en medio de una niebla de indiferencia, cotidianidad o de incluso temor, cuando los empobrecidos tratan de buscar un futuro mejor, y cruzan nuestras fronteras.

 

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